¿Suelo radiante o radiadores?
Hay varios sistemas que aprovechan el agua caliente generada por la caldera como calefacción. El suelo radiante o los radiadores son de los más comunes, pero, ¿qué ventajas e inconvenientes presenta cada uno? Aquí te lo explicamos brevemente para facilitar la decisión al encarar esa nueva obra.
Este sistema consiste en un circuito de tubos embebidos en una placa de hormigón por el que circula el agua caliente a través del suelo, irradiando así la temperatura a través de toda la casa. La temperatura de circulación del agua suele ser más baja que en los radiadores, ya que suele estar en torno a los 30 o 40 grados, lo que hace que este sistema sea más eficiente y consuma menos. Su coste de instalación es sin embargo mayor, además habrá que tener en cuenta que el tiempo que tarda en alcanzar la temperatura idónea en todo el sistema es mayor.
Son una instalación mucho más común debido a su facilidad de instalación y su menor precio inicial. Sin embargo, su consumo será mayor y su eficiencia más baja. Se trata de los clásicos emisores de calor distribuidos alrededor de la casa que se caliente con agua caliente (o con aceite en algunos casos). Entre sus desventajas está también la menor uniformidad con la que reparte el calor.
En definitiva, la selección dependerá de si podemos afrontar el coste inicial para tener un sistema más eficiente o si abaratamos costes en la obra inicial y optamos por los radiadores. También hay que tener en cuenta que en los últimos años han aparecido radiadores de baja temperatura que optimizan la temperatura del agua de la caldera y permiten trabajar a menos grados y por lo tanto consumir menos y ganar en eficiencia energética.
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