Bruselas obliga a las calderas a emitir un 30% menos

La Directiva Europea de Eficiencia Energética ha entrado en vigor este mes de febrero y esto trae consigo importantes medidas, como auditorías energéticas para las grandes empresas del sector y un reglamento de ecodiseño.

Pero es la reducción en un 30% de las emisiones de las calderas de calefacción la principal medida que afecta a los Veintiocho. El objetivo que persigue Bruselas es renovar las calderas de millones de europeos y que los fabricantes se vuelquen en la fabricación de calderas que con una mayor eficacia, emitan menos gases y sean menos ruidosas.

Esta normativa comunitaria viene a apuntalar la Directiva Europea ERP, que desde finales de diciembre establece que todos los nuevos equipos generadores de calor de la Unión cumplan con los requisitos de eficiencia energética.

Con las nuevas calderas, alegan desde Bruselas, los europeos no sólo conseguirán ahorrar un 30% la factura del gas y reducir en gran cantidad los gases emitidos a la atmósfera, sino que gastarán mucho menos.

La normativa también persigue que tanto fabricantes como consumidores tengan clara la necesidad de explicar y conocer respectivamente las diferentes etiquetas energéticas de calificación. Además, las calderas de menos de setenta kilovatios deberán incorporar la etiqueta de eficiencia energética.

Entre las medidas de información figura la utilización de “tallas” S, M, L, (como la ropa) para detallar la capacidad de producción de agua caliente.

Por el momento, eso sí, a lo que no obliga Europa es a cambiar las calderas que no cumplen con esta nueva normativa. Sus usuarios podrán seguir utilizándolas hasta que decidan reponerlas por otras que si cumplan la Directiva ERP.

En definitiva, una normativa cuyo objetivo es que todos los europeos aportemos nuestro granito de arena en la consecución de los nuevos objetivos medioambientales apostando por la eficiencia energética y la innovación.